Creencias y verdades sobre las personas mayores

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No es la primera vez que hablo sobre la Narrativa de la vejez. Hoy vuelvo a hablar sobre como influye esta narrativa en nuestras creencias que damos por ciertas, pero que distan mucho de la realidad.

Vamos a ir desgranando diferentes afirmaciones que damos por ciertas y, a continuación, aportar una reflexión, datos o hechos actuales que nos permitan llegar a una conclusión diferente.

No nos volvemos formalmente viejos de un día a otro, de hecho, dependiendo a quien le preguntemos, o según el entono en el que nos movamos, nos volvemos “viejos” a diferentes edades.

“A los 65 años ya somos viejos.”

  1. Si le preguntamos a un niño, probablemente nos responda que a los 30 años ya se es viejo.
  2. En Silicon Valley, donde están las empresas más tecnológicas del mundo, a los 40 años ya se nos considera viejos.
  3. En el mundo empresarial la barrera de la empleabilidad, y, por tanto, de ser considerados viejos para trabajar, está alrededor de los 55 años.
  4. La Organización Mundial de la Salud, determina como inicio de la vejez los 60 años.
  5. Es cierto que la edad más comúnmente aceptada para considerar a una persona “vieja”, son los 65 años, edad en la que solemos jubilarnos, pasando de la vida activa a la pasiva. Pero ya hemos visto que esta edad fue casi un capricho de Otto Von Bismark a finales del siglo XIX y nunca se ha revisado.

Si profundizamos un poco acerca de la edad, encontraremos diversas clasificaciones, de las que destacaría:

  1. Edad cronológica: Es la fecha de nacimiento, los años que tenemos y que sale en nuestro documento de identidad.
  2. Edad corporal: Es el proceso de envejecimiento que vamos sufriendo físicamente, tanto de forma interna como externa. Demuestra nuestro estado de salud, vitalidad y conservación. Es muchísima la gente que no aparenta la edad que tiene, tanto a mejor, como a peor. Seguro que te vienen varios ejemplos a la cabeza.
  3. Edad social: Es como nos ven los demás, como nos identifica la sociedad que nos rodea. Influye tanto lo que proyectamos, como nos relacionamos, como las creencias que tienen los demás. Aquí podríamos señalar al “edadismo”, que es la discriminación por edad. (tanto jóvenes, como mayores)
  4. Edad psicológica: Aquí influye como está nuestra mente, nuestro ánimo. Tiene que ver con la capacidad de relacionarnos e interactuar con los demás, estar al día de las tendencias, participar en la vida pública de forma activa, etc.

La realidad es que vamos a vivir 100 años, aunque sabemos que vivir más no significa vivir bien.

Nuestra Calidad de Vida es la conjunción de nuestro estado de salud (Morbilidad) y nuestra capacidad de cuidarnos y sentirnos bien (Percepción de Salud)

Como primera conclusión, podríamos decir:

“La fecha de nacimiento que aparece en nuestro documento no determina la edad, sino la forma en la que nos comportamos y nos relacionamos, nuestro estado de salud y la percepción de bienestar tanto físico como mental.”

“La vejez es una enfermedad.”

Esta es probablemente una de las creencias más arraigadas y viene de lejos, incluso la OMS ha publicado recientemente al respecto generando, una vez más, intenso debate.

También hay gente relacionada con el mundo de la ciencia y la salud, que habla sobre esto porque sostienen que el proceso de envejecimiento se puede frenar, retrasar e incluso revertir gracias a los avances de la ciencia y predicen que, gracias a estos avances, el ser humano podrá vivir 125, incluso 150 años. Pero esto da para otro artículo.

Los datos que tenemos disponibles en España gracias a “Envejecimiento EnRed”, nos dicen que:

  1. La esperanza de vida al nacer alcanza los 83,2 años
  2. La esperanza de vida a los 65 años es, para las mujeres de 23,1 años y para los hombres de 19,2 años. Las mujeres viven más que los hombres.
  3. La esperanza de vida saludable es para las mujeres del 48,1% y del 59% para los hombres. Las mujeres tienen peor salud que los hombres.
  4. El estado de salud declarado por las personas mayores de 65 años es bueno o muy bueno para el 45,4%
  5. En cuanto a la Morbilidad, vemos que los mayores de 65 años alcanzan el 57.9% de los ingresos hospitalarios, mientras que la gran mayoría tiene al menos una enfermedad crónica desarrollada.
  6. Si vemos los datos de Dependencia y movilidad, estas alcanzan al 3% población, es decir 1,5 millones de personas.
  7. Por último, la Mortalidad, sabemos que el 86% de los decesos corresponden a personas mayores de 65 años

Si bien los datos varían de país a país, vemos que no hay una relación directa entre edad y enfermedad, hay diferencias significativas según sexo y no todas las personas mayores desarrollan enfermedades, agudas o crónicas, ni tienen dependencia.

Conclusión:

“Gracias a los avances de la medina, la mayor conciencia sobre prevención, un mejor nivel educativo y poder adquisitivo, es de esperar que vivamos relativamente sanos, la mayor parte de nuestra vida. También vemos que hay diferencias significativas entre hombres y mujeres.”

“La gente mayor ya no tiene ganas de hacer cosas.”

Es cierto que, en España, la proporción de quienes continúan en actividad laboral tras cumplir los 65 años es muy baja, comparada con otros países europeos y de la OCDE, sólo el 6,5% (2019) en la población de 65-69 años.

Pero, aunque no son muchas, cada vez hay más personas que deciden extender su actividad laboral más allá de los 65 años y esta tendencia continuará creciendo.

También hay mucha gente que, aún sin extender su actividad laboral, siguen realizando muchas otras actividades, desde el cuidado de los nietos, hasta participar en voluntariado o apoyar a emprendedores, crear su propia empresa, mentorizar a personas más jóvenes, aprender cosas nuevas, etc, etc.

Y quisiera, por último, hablar sobre los “late bloomer” que son personas que logran desarrollar su máximo potencial bien entrados en la madurez, incluso en la vejez. Hay numerosos ejemplos y algunos de ellos los cuento en mi primer artículo.

Realmente, nunca es tarde para ser aquello que siempre quisimos ser.

Conclusión:

“La vejez no es, necesariamente, una etapa pasiva. El nivel de actividad depende en gran medida del estado de salud de la persona, de sus preferencias y de su propio pasado. Envejecemos como vivimos, y hay tantas “vejeces” como personas hay en el mundo.”

Las personas mayores son todas iguales.”

La población de personas de más de 65 años es la población que más rápidamente está creciendo, no solo en países desarrollados, sino a nivel mundial. Es una población en aumento.

Actualmente, el 9% de la población mundial tiene más de 65 años y este número es mayor que el de niños menores de cinco años.

En números absolutos, este grupo de edad alcanzó 697 millones en 2019 y son 1.000 millones de personas que actualmente tienen más de 60 años.

La vejez, es la etapa más larga gracias a la mayor esperanza de vida.

Por lo tanto, teniendo en cuenta estos números tan básicos, no podemos pensar que, al cumplir 65 años, todas las personas caen en una gran “bolsa de gatos” que las homogeniza y las convierte en clones.

Todo lo contrario, el problema es que, no se indaga lo suficiente en sus motivaciones, no se tiene en cuenta su historia, no se segmenta en tramos etarios más allá de los 65 y el problema es el enorme desconocimiento.

La ignorancia hace que tendamos a asumir que “son todos iguales”.

Conclusión:

“Los mayores son un grupo altamente heterogéneo, según su origen, raza, religión, orientación sexual, experiencia vital, nivel educativo, etc y NO pueden ser tratados de forma única, aunque SI deben tener igualdad de derechos que el resto de las personas.”

Los mayores tienen mal humor.

Esta es una creencia que yo misma tenía, lo confieso. Pero casualmente encontré un artículo que hablaba sobre la “Maduración de la personalidad” y me hizo cambiar radicalmente mi falsa percepción.

Este estudio nos dice que, cuando entramos en la década de los 70 y 80 años, nuestra personalidad experimenta una transformación significativa:

  • Nos volvemos más conscientes, agradables y menos neuróticos.
  • Nos convertimos en personas más altruistas y confiadas.
  • Nuestra fuerza de voluntad aumenta y desarrollamos un mejor sentido del humor.
  • Los ancianos tienen más control sobre sus emociones.
  • Las personas se vuelven más agradables y adaptadas socialmente.
  • Son cada vez más capaces de equilibrar sus propias expectativas de vida con las demandas de la sociedad.

Por supuesto que esto no es aplicable al 100% de las personas, por pura coherencia con el punto anterior, pero, en líneas generales, podemos decir que la vejez es una etapa de que se puede vivir de forma plena y con felicidad.

Conclusión:

“La evidencia demuestra que el estereotipo de que las personas mayores son gruñonas y cascarrabias necesita ser revisada. De hecho, está demostrado que, durante la pandemia, quienes más sufrieron, pero mejor llevaron la situación, han sido los mayores.”

Las personas mayores solo se relacionan entre ellas.”

Este punto tiene muchos abordajes, pero yo quisiera resaltar uno que me gusta mucho de forma personal: la Intergeneracionalidad, o sea, la promoción de la relación entre personas de diferentes generaciones.

Este tipo de interacción se da de forma natural, espontánea, o promovida por las propias personas, empresas, organizaciones y gobiernos. Veamos ejemplos de ambas:

  • ESPONTANEA:

Para que una sociedad exista, se necesita, entre otras cosas, una conexión entre las sucesivas generaciones.

Nuestro concepto de familia se apoya, principalmente, en la solidaridad intergeneracional.

Actualmente, y gracias a la mayor esperanza de vida, conviven hasta cinco generaciones: Silenciosa, Baby Boomers, X, Millenials, Zeta…

La riqueza de la propia interacción entre personas de una misma familia, si fuera posible, es la base de aprendizaje y tolerancia.

  • PROMOVIDA:

Hay grandes iniciativas como “Comunidades amigables con las personas mayores” (OMS)

Muchas empresas promueven programas de mentorización cruzada para fomentar el trasvase de conocimientos entre empleados de diferentes generaciones.

Existen en España numeroso emprendimientos de innovación social dedicados al fomento y promoción de la intergeneracionalidad.

Lo que sabemos, es que muchas veces, estas relaciones intergeneracionales no se producen debido a la lacra del Edadismo, que es el rechazo no solo a la gente de más edad, sino también de los jóvenes.

Conclusión:

“El buen contacto intergeneracional mejora las actitudes que las generaciones más jóvenes tienen hacia las personas mayores, disminuye los estereotipos negativos asociados con la edad y también el sentimiento de cierta ansiedad que a algunas personas les produce su propio envejecer.”

Los mayores no son buenos con la tecnología.”

Para entender esta creencia, tenemos que hablar de la Brecha digital, que es real y que existe.

Esto es la diferencia proporcional que existe entre la generación que más usa las tecnologías y la que menos.

Un estudio reciente revela que casi el 80% de los mayores de 55 años podría considerarse “conectado” de forma moderada o avanzada.

Los mayores de 55 años gestionan cuentas bancarias, realizan compras online, se relacionan a través de las redes sociales e incluso se animan con algún curso online.

Si podemos afirmar que existe una brecha digital entre los mayores de 70 años, las mujeres y aquellos mayores de 55 años que no disponen de estudios superiores.

Sin embargo, la brecha se reduce rápidamente en los últimos años, especialmente a raíz de la pandemia.

Para demostrarlo, podemos decir que en 2007 la brecha era de 78,6 puntos porcentuales entre el grupo de edad más conectado (16-24 años) y el de los mayores (65-74 años); en 2019, se ha reducido a 35,5 puntos

Conclusión:

“Cuando hablamos de brecha digital, hablamos, en realidad de brecha educativa. El acceso a la tecnología es más un tema de educación que de edad. Son muchos los mayores que nos han demostrado que si se les explica con paciencia y VEN LA UTILIDAD (conectar con sus seres queridos), son capaces de adoptar elementos tecnológicos”

Los mayores son una carga para la sociedad.

Aunque el sistema de pensiones que tenemos en España se basa en que la población activa es la que aporta para la población pasiva (muy simplificadamente, y disculparme los expertos), es innegable que después de toda una vida trabajando, la pensión, es la merecida recompensa.

Pero en contraste, también en España, vemos que más del 20% de los startups han sido fundadas por profesionales maduros y, curiosamente, son las más exitosas (sobreviven).

Más de un 40% de las personas mayores colabora o bien con tiempo o bien con dinero en alguna ONG.

La mitad de los mayores que son abuelos cuida a sus nietos casi todos los días y el 45 % lo hace casi todas las semanas.

Los mayores son la fundación solida e innegable de nuestra sociedad y a quienes les debemos gran parte de la calidad y el contrato social que tenemos actualmente.

Conclusión:

“Los mayores, no solo no deberían ser considerados una carga, sino que es imperioso reconocer el valor tanto tangible como intangible que siguen aportando a la sociedad. Ellos han construido su legado y gracias a su esfuerzo vivimos en un mundo mejor que el que les tocó a ellos.”

Ya para finalizar, quisiera dejar unos tips a modo de claves para la Longevidad:

  • La vejez es relativa
  • Envejecemos como vivimos
  • Es una etapa larga, con muchas posibilidades
  • Mantenernos activos física y socialmente es determinante
  • Nunca es pronto y nunca es tarde
  • El abordaje es holístico
  • Es mucho el valor que queda por aportar

Al final, podríamos decir que se trata de…

“Cómo morir joven lo más tarde posible”

Fuentes:

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