La revolución de la longevidad: Pasar a la acción.
Motivada en gran parte por todos los comentarios que me habéis hecho llegar, quisiera compartir mis reflexiones personales sobre las preguntas que os planteaba en mi anterior artículo.
¿Hasta qué punto la ciencia ficción se toca con la realidad?
A estas alturas la ciencia ficción y la realidad han borrado sus fronteras ya es posible, no solo prevenir una muerte prematura, (evitando enfermedades causadas por malos hábitos de estilo de vida), sino también aumentar el número de años saludables que vamos a vivir.
Ahora ya no soy tan escéptica a la hora de leer ensayos o experimentos que están haciendo muchas start-ups o científicos en sus laboratorios.
¿Era consciente de esto que está pasando?
Era consciente, claro, pero puede que no lo hubiera interiorizado de forma activa. Es decir, me esfuerzo en mantener unos hábitos de vida saludable con una dieta relativamente balanceada, haciendo actividad física adecuada, manteniendo la estabilidad emocional y tratando de dormir bien (esto último sin demasiado éxito), pero siento que aún no había dado un salto cualitativo aprovechando de forma concreta alguno de estos avances que ya están al alcance de nuestra mano.
¿Cómo me siento al saber que puedo vivir incluso más allá de la edad máxima que imaginaba?
Saber que puedo vivir muchos años de forma plena y saludable me generan un sentimiento de responsabilidad.
Esta idea de “empoderamiento”, es decir, de ser consciente de que gran parte de mi salud futura está en mis manos, me hace sentir bien porque puedo tomar decisiones diariamente y buscar apoyo en quienes están un paso por delante.
La inquietud que me surgió fue de qué manera puedo saber si mis decisiones diarias, es decir, mi estilo de vida, están siendo eficaces y están dando resultados o no.
Muchas veces pensamos que hacemos las cosas bien, o que estamos en el buen camino, pero sin una monitorización racional, es difícil saberlo.
¿Cómo afecta a mi vida, mi entorno, esta revolución de la longevidad?
El hecho de saber que se está llegando a esa “velocidad de escape” donde la ciencia tiene la clave no solo para la prevención de enfermedades, sino para la extensión de la vida y la reversión del envejecimiento, me ha afectado en las siguientes cosas:
- Luchar por conseguir que quienes me rodean y me sigan tomen más consciencia de esto y pasen a la acción.
- Reforzarme en la importancia y la utilidad que tiene mi labor relacionada con la longevidad.
- Seguir divulgando todo lo que voy aprendiendo para ayudar no solo a las personas sino a las empresas y las organizaciones que quieran generar un impacto positivo.
- Sentirme comprometida a predicar también con el ejemplo y ya no solo con la palabra.
- Asumir un rol testimonial de las cosas que yo misma hago.
¿Qué oportunidades puedo encontrar en esta perspectiva?
La oportunidad es doble, interna y externa.
Por un lado, tenemos que aprender a cuidarnos de forma sostenida tal y como propongo en el artículo de crear esos hábitos atómicos que nos permitan gestionar nuestra larga vida.
Estoy convencida de que no existen recetas mágicas y generales para todo el mundo ya que los factores que afectan nuestra longevidad son múltiples y las recetas para todo el mundo no funcionan.
De hecho, hasta pueden ser perjudiciales. Por eso es también fundamental que un médico, en base a datos reales, diseñe y acompañe a quien esté dispuesto a mejorar su salud y extender su longevidad y hoy esto ya es posible.
¿Cómo tendremos que redefinir nuestra relación con la edad?
La edad cronológica será anecdótica y cada vez habrá que darle más importancia a las “otras” edades, especialmente, la biológica, que para mucho de nosotros puede ser desconocida.
¿Estoy dispuesto a compartir mi información de salud para tener una medicina “a medida”?
Compartimos infinidad de datos personales sin siquiera ser conscientes de ello, ¡cómo no voy a compartir mis datos de salud con profesionales!
Me he puesto a investigar a ver si había en España algún tipo de servicio personalizado que tuviera en cuenta todos los factores que influyen en la longevidad y la prevención del envejecimiento y encontré una nueva iniciativa que se llama Actiage.
Me gustó que su web tiene una Calculadora de Esperanza de Vida Saludable donde, respondiendo un cuestionario, te calcula tu edad biológica y los años de esperanza de vida saludable ajustada a tu edad biológica.
Esto ya fue una sorpresa y contacté con ellos para informarme, ver todo el proceso que proponen y me decidí a dar ese paso que hasta ahora no había dado:
Mejorar y cuidar mi salud bajo la guía y seguimiento personalizado de expertos en medicina antiedad.
Acabo de recibir mis sensores metabólicos, y, gracias a ellos, junto con una serie de analíticas avanzadas que ya me he realizado, le permitirá a un médico determinar en qué situación me encuentro y qué intervenciones, específicamente diseñadas para mí, son las adecuadas para retrasar al máximo mi edad biológica.
He comprobado que trabajar con datos objetivos para obtener una medicina personalizada está a un click de distancia.
Esto cambia la manera en la que tradicionalmente opera la medicina ya que, además, el proceso es muy sencillo.
Cómo sigue esto:
Os iré contando los descubrimientos y avances que vaya haciendo porque me parece muy potente poder dar mi testimonio real y alentar a que cada uno pueda avanzar en este empoderamiento de la gestión de la longevidad.
De todas formas, si quieres saber más sobre el servicio personalizado de Actiage, puedes contactarme de forma privada y te cuento más sobre como está siendo mi experiencia.
¡Hasta la próxima!
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